Mientras Enrique nos prepara buen material (vamo arriba Enrique !! ;D ) , alguna información que encontré en www.motor.com.co, y www.autodromos-sa.com
Historia del Autódromo de Tocancipá por www.autodromos-sa.com
Los inconvenientes que surgieron a finales de la década de los setenta, cuando las relaciones entre el establecimiento del automovilismo deportivo con Ricardo Mejía, propietario del primer Autódromo de Bogotá que llevaba su apellido, se deterioraron por completo, fueron el detonante para que el proyecto de una nueva pista en la capital, que tuviera independencia deportiva y en cuya propiedad todas las fuerzas vivas de esta actividad participarán se pusiera en marcha.
Cuando se agotaron todos los recursos conciliadores y el Autódromo Mejía cerró sus puertas, dejando sin utilización el bello trazado de 4 kilómetros en el cual se vio correr a Joe Siffert, Graham Hill, Henry Pescarolo, Rolf Tommelen, Derek Bell, Silvio Moser y muchas otras luminarias de primera fila de ese momento, el proyecto de Tocancipá se convirtió en una prioridad.
En el "Ricardo Mejía" nació el automovilismo de pista y se crearon las famosas carreras o campeonatos monomarcas, de velocidad y duración, en las cuales se "estrenaron" varios de los que aún hoy en día siguen siendo figuras activas.
Diríamos que se llegó a una fase de desarrollo que para la época fue bien importante. Una especie de reciclaje que se venía pidiendo a gritos y al cual accedieron muchos de los que escribieron los primeros capítulos del automovilismo colombiano, labor hecha a punta de "pica y pala", por caminos agrestes y carreteras apenas sí transitables.
De eso ya hace 20 años, durante los cuales toda esta estructura ha sufrido un cambio monumental, una transformación asombrosa, que supo aprovechar el automovilismo para dar un gran salto no solo generacional sino gerencial, del cual hoy se recogen ricos frutos de esta cosecha: casi dos décadas después el Autódromo de Tocancipá, propiedad de la Sociedad Autódromos S.A., es considerado uno de los escenarios para carreras de autos más prestante y moderno del área latinoamericana, con una altísima dosis de uso que lo pone entre los más ocupados del mundo, pues sus puertas no se abren exclusivamente para las competencias dominicales o sabatinas, sino que facilita sus instalaciones para programas diferentes a los competitivos, pero que de alguna manera hacen parte de la familia de ruedas.
De la misma manera, su pista diseñada para 9 tipos de circuitos, incluido el recién implementado en el óvalo -sector de la ampliación- ha preparado a muchos pilotos y propiciado su exportación, con resultados muy positivos y que hoy el país entero celebra con entusiasmo, especialmente por el contraste que crea ante los permanentes desencantos acumulados en los resultados que le han ofrecido últimamente a los colombianos el fútbol y ciclismo.
La historia de este proceso es bien interesante. Tanto, que quienes vivieron esa época se atrevieron a decir que la construcción del Autódromo de Tocancipá sería un verdadero "bombazo". Concepto atrapado en los comentarios sueltos de quienes se atrevieron a suponer que, una vez cerrado el Autódromo "Ricardo Mejía", los deportes a motor acabarían regresando a la calle o a pistas no apropiadas, como en realidad sucedió aunque por poco tiempo, en donde el riesgo iba a ser un detonante mayúsculo.
La coyuntura que salvó este momento crucial se dio cuando el Club Los Tortugas vendió la bomba de gasolina que tenía en la calle 85 con carrera séptima de Bogotá, negociación que permitió la compra de los terrenos en donde hoy se levanta el escenario de Tocancipá. Posteriormente, el Club entregó la gran mayoría del terreno como aporte de base para la constitución de una sociedad anónima que aún está plenamente vigente, la cual con miles de malabares acometió la tarea de construir la pista sobre la cual se corrió cuando apenas había pavimento, tal el apetito represado de toda la afición.
Desde entonces, la modernización del Autódromo de Tocancipá se ha venido dando de una manera gradual y muy acertada, especialmente en las dos últimas administraciones, la de Fernando Muñoz Merizalde, quien llegó a la Gerencia de Autódromos S.A. en un momento de severa crisis, y la actual, de Fernando Escobar Santos, gestor de una buena cantidad de obras y desarrollo locativos.
Pero quizás más interesantes que los progresos físicos del escenario han sido los avances en el mercadeo y comercialización de una actividad deportiva en territorio particular y sin ayudas estatales, construida sobre la simple base de ofrecer un retorno de la inversión publicitaria suficientemente atractivo para los inversionistas.
Su intenso uso, tanto deportivo como comercial, mantiene activa una plantilla de trabajadores y pone manos a la obra a centenares de personas que trabajan en las grandes fechas, soportando la organización del público.
A comienzos del 95 se repavimentó el 80 por ciento de la totalidad de la pista de 2.785 metros y se modificaron algunos tramos del recorrido principal. Estas variantes ya fueron homologadas por las autoridades internacionales y han merecido calificados comentarios de parte de los pilotos de muchas latitudes que las han tenido en la mira de sus autos de carreras.
Así mismo, de las cuatro tejas que formaron la primera torre de cronometraje a las importantes instalaciones que hoy existen, hay una larga distancia, tan importante como la tarea que han desarrollado sus administradores y propietarios, con el soporte de una "hinchada" constante v devota. Cafeterías, zonas de prensa, guardería, parque de recreación, grandes baterías de sanitarios, excelente apoyo para las tareas de las autoridades deportivas, facilidades técnicas para los competidores, lugares cubiertos para el público, puentes de acceso a las zonas interiores, etc., forman un escenario que pasó de ser una quijotada a un lugar perfectamente profesional.
Tanto, que lo que se pensó como una pista exclusiva para ciertas modalidades del automovilismo, con un reducido calendario de competencias que se hacían en jornadas lejanas entre sí, ha pasado a ser un campo de actividad permanente, llegando, incluso, a la congestión de programas de todos los tipos que demuestran que es verdaderamente un coliseo para los motores
Historia del Autódromo de Tocancipá por www.motor.com.co
Tocancipá cumple 25 años. Quién iba a pensar que el único autódromo de Colombia podría contener tanta historia y que el tiempo pasara tan rápido, a pesar de su trazado tan trabado y de baja velocidad. Pero un cuarto de siglo se esfumó velozmente desde cuando se puso en marcha el escenario, el 14 de febrero de
1982, luego de una titánica tarea que adelantó el Club Los Tortugas, donde la cabeza de Adel Kassem fue el disco duro del proyecto que le dio una segunda vida al automovilismo colombiano.
Una docena de años antes, en los finales de la década de los 60, Tortugas tenía una posibilidad de hacer un autódromo alrededor del lago del Parque de la Florida en conjunto con el Distrito de Bogotá.
Fue entonces cuando Ricardo Mejía se ofreció para construir en unos terrenos de su propiedad, al norte de Bogotá, una pista en la cual se desarrollaría durante 10 años la actividad deportiva de
Tortugas. En ese autódromo se dio la temporada de Fórmula 2 europea y luego una similar americana, además de que significó el despegue de un deporte más profesional y comercial.
Por diversas razones, a los pocos años el autódromo de don Ricardo Mejía cerró sus puertas y el Club Los Tortugas pudo formalizar la compra de los terrenos de la hacienda La Primavera en Tocancipá para desarrollar su aplazado proyecto deportivo.
Siguieron muchas peripecias económicas y la planificación del escenario, cuyo diseño estuvo a cargo de Luis Esguerra (fallecido), quien también trazó el autódromo Mejía, que finalmente concluyeron en la creación de una sociedad anónima llamada Autódromos S.A. a la cual Tortugas aportó la tierra, reservando para su uso una pequeña parte del terreno donde hoy tiene su sede. Inversionistas y entusiastas del deporte se unieron a Tortugas, que detenta el 40% de las acciones de la firma, y compraron las acciones restantes para hacer realidad el escenario.
Después de esa puesta en escena, con una precaria cinta de pavimento y mínimas facilidades, pues no había luz, ni acueducto
ni comunicaciones, el autódromo ha sido un escenario de constante crecimiento siempre con dineros privados de sus socios y un innegable y decidido apoyo de muchísimas empresas que han encontrado en su recinto grandes posibilidades de explotación para
competencias, lanzamientos, pruebas técnicas, conciertos, a tal punto que hoy el escenario tiene una ocupación permanente para
atender la demanda de la clientela.
Bajo la tutela de Fernando Escobar en los últimos 15 años, el escenario se consolidó, ha mejorado sus infraestructuras y ha cumplido su misión plenamente en todos los frentes y se precia de ofrecer una de las mejores organizaciones logísticas según lo reportan los numerosos pilotos y competencias internacionales que han pasado por la pista, que ahora tendrá importantes reformas para mantenerse vigente y actualizada.
Algunas imágenes históricas de Tocancipá extraidas de Motor:
Porsche en las 300 millas
BMW M3 ganador de las 300 millas
Formula 2 suramericana
Copa Renault Twingo
Copa Chevrolet Sprint
Juan Pablo Montoya en la Copa Chevrolet Swift GTi
Pablo Bickembach